El martes pasado hice clic en el botón «Desactivar Tienda» en mi panel de control de Mona Monina en Shopify. Os soy franca, procastiné el momento un mes porque la fecha prevista era en Septiembre, pero encontré mil excusas para alargarlo unas semanas más.

Si no lo sabes, Mona Monina fue mi tienda online durante 10 años. No le digo adiós del todo a la marca porque ahora se ha convertido en el servicio de Party Planning para celebraciones familiares dentro de mi negocio, pero ya no será la tienda online con la que me estrenaba como emprendedora allá por Abril de 2013.

aprendizajes de emprender

El acontecimiento para mi es bastante relevante y movilizador así que se merecía, como mínimo, este post en mi blog. Aunque no desde un punto de vista de despedida triste, que no lo es, sino desde la óptica de los aprendizajes que me ha dejado y que me llevo como oro en paño.

No sería responsable, ni sería yo, si cerrara esta etapa sin hacer balance y rescatar conclusiones concretas. Más teniendo en cuenta que 10 años dan para aprender mucho, te puedes imaginar. Siento que hice un máster en ecommerce, otro en marketing, otro en gestión, planificación, conciliación… y hasta uno en mi misma.

La lista de lo que he aprendido es larga, pero voy a resumir 7 puntos que me parecen los más “gorditos”. Los dejo aquí casi como un recordatorio a mi misma:

1- Antes de nada, ten clara tu visión, de negocio y de vida

Recuerdo con mucho cariño una anécdota. Yo llevaba poco tiempo con Mona Monina y mi mejor amiga tenía una idea de emprendimiento en mente. Como sabía que además de tener la tienda yo durante muchos años había asesorado a emprendedores, me pidió una plantilla de plan de empresa.

Lo que tenía más a mano era el plan de empresa de Mona así que se lo mandé para que de ahí cogiera la estructura. Al leerlo, su primer comentario fue “Qué fuerte, ¡has planificado hasta tu segundo hijo!”. Todavía me acuerdo de las risas.

No pienses que voy por la vida cuadriculada y planificándolo todo, pero cuando de un negocio propio se trata, me parece básico alinearlo a la visión de vida que quieres tener. Simplemente porque no distingo entre una vida profesional y otra personal. Creo que mi vida es una sola y allí dentro entra de todo. De ahí que mi plan de empresa fuera un mix muy distinto a las plantillas estándar que yo solía usar con mis emprendedores para solicitar avales o financiación…

Tengo la costumbre de revisar periódicamente mi Visión y ponerle una intención a cada año para ir hacia ella. Nuestras vidas van cambiando, nosotros evolucionamos y nuestras intenciones y Visión cambian también. Así que este punto me parece el más importante: siempre comienza por la Visión que quieras alcanzar.

Creo que si volviera a empezar, haría exactamente el mismo plan de empresa. 🙂

2- La idea romántica de la conciliación familiar dista mucho de la realidad

Por favor no me me mal interpretes. Yo creé la primera web de Mona mientras que con el pie mecía la hamaquita donde se quedaba por horas mi hija Julia, entonces era una bebé de meses (nacieron juntas ella y Mona Monina).

El tema es que eso que al principio parecía ideal (y es muchas veces la idea que se vende) con el tiempo era un estrés horrible y una sensación tremenda de no estar haciendo bien ni una cosa ni la otra.

Como mamás, creo que trabajar por cuenta propia es un privilegio. Porque la libertad de poder ir a todas las reuniones del cole, no perderte ningún acto o acomodarte los días sin clase como mejor vaya es todo un lujo.

Ahora bien, siempre hablando desde mi experiencia, creo que el manido concepto de “conciliación” requiere de una dosis de realismo y de establecer límites por nuestra parte. Porque no es lo mismo hacer-un-mix-de-todo que cuidar a los niños con atención plena y trabajar con atención plena también.

Solo con el paso del tiempo dominé el diseño de mi calendario y aprendí a mirarlo con una visión de CEO y no de «mamá que trabaja en casa para cuidar a las peques.»

Así que, me guardo otro aprendizaje que me han dejado todos estos años compaginando emprendimiento con niñas pequeñas: pon horarios y límites sin culpa. Cuando mamá está trabajando, está trabajando.

3- Nunca subestimes el poder del LTV

Poner el foco en las clientas, y esforzarme para que quedaran contentas y quisieran repetir una y otra vez, fue sin duda la base que me permitió contar una década con la tienda. El Lifetime Value (LTV) que me marcaba el panel de control de mi CMS.

La relación con las clientas es además lo que más satisfacción me ha dado y sin duda lo que me guardo con más cariño.

El último pedido que envié el martes, sin ir más lejos, fue a una clienta que repetía desde hacía años. Me hizo tremenda ilusión y a ella también cuando le dije que enviaba su pedido y le daba a «cerrar».

Recuerdo que el primer pedido de 2013 fue para una clienta llamada Carolina. El último de este martes fue el de Susana. Son detalles que se me quedan grabados y que parecen irrelevantes, pero marcaron la diferencia en un sector que se mueve por «número de pedido».

El aprendizaje en este punto está claro: pon siempre el foco en los clientes y esfuérzate para que quieran volver, una y otra vez.

4- Conocer tus números y saber entenderlos es básico, pero saber moverlos con intención es la clave de todo

Esto que ahora escribo con tanta soltura me costó años y años de cabezazos contra la pared. Porque cuando crees que lo controlas todo, todo vuelve a cambiar. Una acción que antes daba un resultado ahora ya no y vuelta a empezar.

Después de batallar tanto, pensar en métricas se me ha quedado grabado a fuego. Así que, aunque ahora me mueva más en el mundo offline, me traigo conmigo lo de calcular leads, tasas de conversión y darle seguimiento a los KPI del negocio. Porque puede que medir a veces sea la parte más aburrida, pero no hay otra manera de poder evaluar y, sobre todo, de mejorar.

El aprendizaje en este punto es: identifica cuanto antes las métricas claves del negocio y aprende a moverlas hacia donde quieras tú.

5- Reforzar continuamente tus propios canales no es opcional

Todavía veo emprendimientos que funcionan solo con sus perfiles de redes sociales y me da pavor. Aún a riesgo de sonar de la vieja escuela, sigo defendiendo lo de tener tu propia web, optimizarla continuamente, hacer crecer al máximo tu propia lista de mails y posicionar todo lo que puedas tu propio blog.

No sé decirte los años que tenía un post sobre «decoraciones con globos pastel» que me siguió dando pedidos hasta el último momento.

Poner los principales esfuerzos de marketing en los canales que puedes controlar, y hacer que sea allí donde pase la acción, me parece fundamental. Las redes sociales son un must, está claro, pero no son el campamento base de tu negocio ni pueden reemplazarlo.

6- El modelo Juan Palomo se paga con lentitud y agotamiento

Al principio la motivación es infinita y el tiempo es suficiente así que para las que somos autodidactas (y cabezotas) nada se nos resiste. Pero con los años aprendes a mirar desde otra perspectiva y te das cuenta que jugar tanto a Superwoman no tiene sentido.

En muchos momentos, queriendo abarcar todo he ido más lenta, he perdido foco, eficiencia y, sobre todo, me he dejado mucho disfrute por el camino.

Así que otra lección valiosa aprendida a base de experiencia: siempre que puedas, delega my friend.

 

7- El negocio y mi desarrollo personal están ligados y uno no crece sin el otro

No era muy consciente cuando empecé, pero con los años comprobé que tener una empresa propia era una fuente de autoconocimiento bestial, si estaba dispuesta a mirar. Y ojo, no todo lo que veía era bueno, sale de todo a la superficie…

Desde mi punto de vista, esto fue y sigue siendo una oportunidad enorme para crecer personalmente. Lo veo como parte del beneficio de la empresa.

Tenía una práctica habitual con Mona y es que cada año me reservaba una parte del presupuesto para formación, tanto para temas más técnicos como para desarrollo personal o lo que me apeteciera. Tengo claro que esa partida se mantendrá porque disfruto de estar continuamente aprendiendo cosas nuevas y eso me ayuda a que el negocio y yo misma sigamos evolucionando.

Así que por último me guardo este aprendizaje: si yo no crezco, la empresa tampoco.

 

Me siento tremendamente agradecida y afortunada por todos estos años. Por todos los aprendizajes pero sobre todo por las personas que me acompañaron y que hicieron posible que llegara hasta aquí: clientas, proveedores, colaboradores, mi familia por supuesto, todos! Una vez más desde aquí, un GRACIAS enorme!!

Estoy convencida de que cuando el cuerpo te pide un cambio hay que hacerle caso. Porque los cambios, por más vértigo que den, son necesarios para seguir creciendo.

Así que, 10 años después, muchísimas gracias por todo a mi Mona Monina, Online Party Shop.

Es hora de cerrar una etapa y estrenar otra nueva, ¡con todas las ganas!

Un abrazo fuerte y hasta el próximo post,

Silvana